martes, 23 de noviembre de 2010

Javier Calvo Labat. Mi padre y los aviones

Mi padre y los aviones

Un hombre ante la nada es tan hermoso como un Boeing
siete cuatro siete sobre el cielo de Nebraska.
Brillan parecido. Mi padre me contó
de niño que él no quiso ser doctor sino piloto,
con algo
de suerte hubiera entrado en el ejército del aire.

Hace ya unos años que mi padre salva vidas
en varios hospitales del país. Los domingos
se sienta en el sillón con el periódico del día
y finge estar leyendo mientras surca los Balcanes
o el cielo de Vietnam, bombardea al enemigo.
Mi padre y un avión a veces brillan parecido.
Yo observo desde abajo sin saber por qué no caen.

1 comentario:

  1. Pues a mí el único que me gusta de verdad (de la buena) es éste. Y juro que nada tengo que ver con el autor.

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