martes, 23 de noviembre de 2010

María Isabel García Marco. de noche

de noche


con los dedos
de la enfermera
meto la aguja oblicua
bajo la piel
   de la bata abierta
por la espalda
sale una gota
de sangre   mira
ya
mañana

respira
la morfina hará el trabajo
pronto
espera
un poco más
verás como tengo razón
estas mantas azules
son las que más
abrigan   del mundo

te duermes
yo leo
   lloraré en casa
tres ingleses van
hacia la luna
y llegan a una isla
donde hay un árbol
cuya savia sabe
a vodka ruso

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho, de los 4 ó 5 que más me han gustado. Buscaré más.

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  2. Una copa reconforta tras el frío y doloroso espasmo de los hospitales.
    No es la muerte ni el dolor de la enfermedad, pienso al leer tu poema, sino la dasnaturalización de ellos lo que nos desangela.
    Bien escrito, bien expresado

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