martes, 23 de noviembre de 2010

Enrique Gracia Trinidad. Vieja canción del mundo

Vieja canción del mundo

Esta es la canción que no sabe ser triste pero es triste.
Ha buscado la llave y no la encuentra.
Ha teñido la ropa de colores para que las mañanas se descubran perfectas y huelan a café con leche y bollos recién hechos.
Ha esperado que cuaje en la cocina la distancia del fuego y su milagro.
Esta es la canción, su eco que ha cumplido los deseos de ser más alto que la luna.
Tan alto que ya no se ve siquiera, solo se puede adivinar mirando aquellas fotos de la caja cuadrada de galletas.
Tan alto que si tiembla, se desconcierta la bóveda celeste y duele el pecho.
 
Esta es la canción del vino que no sabe, del agua donde todos los anillos se creen tesoros y resuelven dudas. Donde el barquero se enamora y la niña hermosa nunca quiso serlo.
La canción del flautista prodigioso urdiendo su venganza, la que silban los niños en el bosque para espantar el miedo, la que suena en el coro de los viejos enanos hartos de trabajar —parece alegre—, la que susurran todos mientras alguien comienza a comprender que el mundo es esa fábula siniestra que contaba entre dientes un idiota.
 
Esta es la canción. ¿Y quién la canta?

3 comentarios:

  1. Enhorabuena por el poema y por quedar finalista. Lo celebro.

    Lola T.

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  2. estimado compañero de letras, mi más sincera felicitación.
    Un abrazo

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  3. Enhorabuena por ese reconocimiento, me alegra mucho que se aprecien tus versos.
    Un abrazo de alumna orgullosa.
    Nines

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