Manifiesto
Abandona el lenguaje de ataúd,
porque el lenguaje de ataúd no sabe andar descalzo,
ignora la cálida arena acogedora
y la hamaca donde dormir al raso.
Abandona el lenguaje de ataúd,
porque el lenguaje de ataúd no quiere colgados
con collares de calaveras a su lado, ni compañeros,
ni revolucionarios,
ni poesía en libertad hecha con la vida,
contra las reglas, para la vida,
poesía que te acompaña por la vida
pero que no entra en las universidades,
poesía que se defiende así de quienes tendrían que promocionarla.
Abandona el lenguaje de ataúd,
porque el lenguaje de ataúd no quiere una poesía abierta sobre la vida,
una poesía a la altura de la inocencia y no de los juegos literarios,
a la altura de la risa y no del aburrimiento de una lectura poética,
a la altura de los que jamás oyeron poesía y no de los que escriben poesía,
a la altura de los talleres pero no de las aulas de poesía,
a la altura de la denuncia, de la visión y del haiku
pero no del suplemento literario,
a la altura de los vínculos pero no de las clientelas,
a la altura de los que se atreven a sostener la mirada
pero no de los que miran por encima del hombre,
a la altura de la calle, de las gargantas, de la revuelta
a la altura de los que duermen mudos, abrazados
al cristalino nombre de las cosas.
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ResponderEliminarEs un buen manifiesto, deberîa de ser algo asî como el manifiesto permanente de la poesîa.
ResponderEliminarUn saludo