martes, 23 de noviembre de 2010

Beatriz Teresa Bustos. Hace instantes

Hace instantes…


Fuimos crepitar de piel entre las sombras.
Tus manos  dulcemente labraron mis caderas
y en la sutil armonía del roce,
trémulo te dejaste arrastrar hasta  mi cause.
Sedientos por apagar los instantes encendidos,
coincidimos en el esfuerzo de treparnos.
Nos prodigamos la carne y enajenados en las caricias
reinventamos en las bocas, un lúdico ensamble.
Después de la vorágine…
Candelas agotadas. 
Conmovidas cenizas.

Exhausto duermes, mis labios te convocan en secreto
para  la construcción de un lenguaje nuevo
y así, escriturar en nuestras pieles la memoria de los cuerpos.
Para que nadie se apropie de tu desnudez salina,
ni de mi pradera, que sólo revive bajo la lluvia de tu fuego..

Dónde andarás ya saciado, con tu quilla cansada por el oleaje,
que te has olvidado de llevarme enraizada en tus muslos,
a galopar junto a tus pájaros la salmodia  del silencio.

Regresa antes que las inconquistables sombras avancen.
Te espero en la comarca de mi piel,
quiero verte otra ves ir desenfrenado
por mis valles, hasta verte caer
embriagado de amor a mi costado. 
Recórreme nuevamente con tus dedos, restaura
alfarero de bríos  los pasados instantes.
Evocación necesaria para que la flor se haga universo
y vuelva a arder la mariposa y el vino se derrame.

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