-Fuiste-
¿No fuiste acaso una premonición
perdida en mis paisajes?
Una dosis de hielo en mi espalda.
Un silencio, como otros sonidos anónimos,
dibujado en el eco de un callejón sin salida.
Fuiste una sospecha del tiempo recorrido
un cálculo impreciso, distancia entre
dos puntos infinitos.
Fuiste capaz de ser lengua, voz
abrazo, pero nunca aroma que vibrara
entre mis piernas, que arrastrara mis dedos
hasta el vacío, más profundo, de mi vientre.
Siempre fuiste códice sagrado
pero nunca danza entre tú y yo.
Y aún así, mi cuerpo se arrastra
buscando lo que nunca fuiste
y jamás serás.
Una respuesta a lo qué nunca pregunté.
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