Visión desde el balcón
¿Dónde irá con esos poemas
mordiéndole los talones
-sacudiendo los pies
para que esos poemas no le estorben,
no piense ni lo que pasó
ni lo que pudo haber ocurrido-?
Sí, desde la altura
se observa esa mujer
que huye de esos poemas
escritos no por un hombre que la amó
y ensayó esos versos
en el fragor del amor o del desaliento
si no de sus poemas propios.
Raras criaturas
crecidas del musgo del horror.
(Anna Ajmátova corre por calle Italia…)
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