de noche
con los dedos
de la enfermera
meto la aguja oblicua
bajo la piel
de la bata abierta
por la espalda
sale una gota
de sangre mira
ya
mañana
respira
la morfina hará el trabajo
pronto
espera
un poco más
verás como tengo razón
estas mantas azules
son las que más
abrigan del mundo
te duermes
yo leo
lloraré en casa
tres ingleses van
hacia la luna
y llegan a una isla
donde hay un árbol
cuya savia sabe
a vodka ruso
Me ha gustado mucho, de los 4 ó 5 que más me han gustado. Buscaré más.
ResponderEliminarUna copa reconforta tras el frío y doloroso espasmo de los hospitales.
ResponderEliminarNo es la muerte ni el dolor de la enfermedad, pienso al leer tu poema, sino la dasnaturalización de ellos lo que nos desangela.
Bien escrito, bien expresado